miércoles, marzo 21, 2007

Caja Mágica


CAJA MÁGICA

- Espera, dijo la vieja. Creo que tengo algo que puede gustarte. Fue hacia su alcoba y al cabo de un momento volvió con una pequeña caja de madera labrada, de color oscuro, que tenía incrustaciones de nácar en la tapa.

- Qué bonita caja, dijo la niña.

- Es preciosa, ciertamente . Y también muy útil. Pero sólo a condición de que nunca la abras, ¿comprendes?, nunca.

- ¿Por qué no puedo abrirla? ¿Qué hay dentro de la caja? ¿Por qué es tan útil poseerla y por qué me la regalas si es tan valiosa?

- Son muchas preguntas las que me haces, pero la caja perderá sus propiedades mágicas si contesto a todas ellas. Puedes abrirla, pero si lo haces atraerás toda clase de desgracias hacia tí. Tendrás que averiguarpor tí misma cuál es su utilidad y con el tiempo sabrás qué debes hacer con ella. ¿Lo has comprendido?

La niña dijo que sí moviendo arriba y abajo la cabeza, tomó la caja con las dos manos, ya que era bastante pesada, y se fue con ella por el camino, dando saltitos, muy contenta. Cuando llegó a su casa no había nadie, porque su madre estaba en el mercado, así que llevó la caja a su cuarto, la puso sobre su cama y se quedó mirándola pensativa. Entonces notó que de la tapa salía luz, algo insólito en aquellos tiempos con brujas y sin electricidad, así que se quedó asombrada. Todavía no se había repuesto de su sorpresa cuando oyó una vocecilla que le pedía que abriera la caja, pero la niña, que recordaba la recomendación de la vieja, no le obedeció. Entonces, la voz le explicó que podía concederle todo lo que le pidiera. La niña pensó que por probar nada se perdía, así que le pidió zapatos nuevos, vestidos de hada, pasteles y un pony blanco. Y conforme iba pidiendo más y más cosas, la vocecita de la caja se las iba concediendo.

Entonces la niña preguntó:

- ¿Hay algo que no me puedas conceder?

Y la vocecita contestó:

- Sí, hay una cosa.
- ¿Y qué es?
- Muy sencillo: no puedes verme.

Entonces la niña se quedó pensativa y comenzó a sentir curiosidad cada vez mayor. Al cabo de poco rato, estaba tan intrigada que ya no pensaba para nada en los maravillosos regalos que había conseguido y comenzó a dar vueltas y más vueltas en torno a la caja. Por fin, pensó: Bueno, total, ¿qué sabrá esa vieja?. Y levantó la tapa de la caja.

* * *

Cuando la niña despertó vió que no se encontraba en su cuarto, ni en su casa, sino que estaba tendida en la cama de la alcoba de la vieja, con la caja a su lado. La caja estaba silenciosa y sin luz. Horrorizada, la niña miró sus manos y sus ropas y,al levantar la vista, comprobó que allí no estaban sus maravillosos regalos y que en el espejo que tenía frente a ella se veía a una horrible vieja que sentía de repente la necesidad de buscar una niña tonta a la que regalar la caja maravillosa.

* * *

- ¿Puede saberse qué carajo le ha dado al gato?, preguntó el veterinario a Mati. Tiene una especie de borrachera gorda y no hace más que hablar de niñas tontas y de cajas mágicas. A ver qué está pasando aquí, que no me gustaría tener que dar parte a la protectora de animales.