domingo, enero 01, 2012

Madrugando por cojones.

Querido diario:

Una residente bisoña me ha sacado de la cama a las 3:00 am tras decidir que era indispensable practicarle una ecografía escrotal a un joven aquejado de dolor testicular. Es normal sentir dolor tras recibir un golpe en la entrepierna. Si el examen clínico no muestra alteraciones y ni siquiera hay un hematoma visible, ¿a qué viene tanta urgencia?. Viene a que a la joven doctora le daba mucho apuro examinarle el paquete a un joven desconocido y a que le resulta muy fácil lograr que mi trabajo cubra las deficiencias del suyo. Joven colega, la próxima vez tócale los cojones al paciente: no me los toques a mí.

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