viernes, abril 27, 2012

Ofensa irreparable.

Esa mujer, Jenaro, no requiere de prolegómenos ni de largos circunloquios. No hace falta un tacto exquisito para solicitar sus favores. Un par de miradas descaradas, una inclinación de cabeza, un simple gesto con la mano y aceptará que la empales con tu rígido miembro. Y, si acaso tu verga se mostarara algo perezosa y no muy firme, puedes hacerlo entrar en su boca sin previo aviso, que ella lo aceptará sin rechistar y maniobrará con energía y con buen oficio. De esa mujer, Jenaro, cualquiera diría que puedes tomar todo lo que se te antoje, seguro de que no te lo impedirá. Pero tú ya te has cansado de ella hace tiempo y quisieras dejarla o que ella te olvidara. Entonces, Jenaro, ¿no hay modo de lograr que ella te rechace y abomine de ti, y no quiera ya verte más? Un modo hay, te lo aseguro: pídele que te cosa los bajos de las perneras del pantalón, pídele tan solo que te cosa un simple botón y se sentirá tan ofendida que tendrás garantizado su rechazo para siempre.

viernes, enero 06, 2012

Somos exóticos.

Los gatos tenemos poco que envidiar a los magos de oriente. Somos exóticos por naturaleza ya que somos oriundos de Egipto, ya estábamos allí cuando se construían pirámides y era impensable un país, un imperio, sin un río Nilo con sus periódicas inundaciones, sin inacabables ristras de dinastías de faraones y sin inacabables listas de dioses con cuerpo de hombre y cabeza de animal. Era necesario observar un buen comportamiento, había que dar de comer al habriento, de beber al sediento, vestir al desnudo y dar una barca al náufrago, si uno quería salir al Occidente y dsifrutar eternamente de la Campiña de las Juncias.

Los gatos, amigos, somos valiosos. ¿Cómo podríais, si no, tener un tigre en casa, si no es teniendo un gato? En el mundo real, ahí afuera, no conviven en paz el lobo con el cordero: ¿cómo podría pastar un lobo? En cambio, puedes tener un tigre en casa a cambio de darle diariamente algo de pescado. Sigue sin ser el paraíso: puede que un día oigas piar dentro de tu cocina y al volverte compruebes que se trata de gorrión, todavía vivo, entre la fauces del gato, que se dispone a dejarlo a tus pies, como quien presenta una ofrenda. Pero ya hemos quedado en que se trata de un tigre, tanto como puede serlo para que tu vida y la de los tuyos pueda seguir su curso.

Somos, decía, exóticos como los magos de oriente. También somos de oriente, aunque no de tan al oriente, y hemos encontrado nuestro camino al occidente. Llegamos en nuestras barcas de Osiris, viajando de noche, no podría de ser de otro modo, eludiendo el peligro de Apofis. Al final de viaje, sin embargo, no nos encontramos con la Campiña de las Juncias, no hay aquí paraíso, aunque a veces acabamos por acomodarnos y por lograr un buen pasar.

martes, enero 03, 2012

Invitación y rechazo.

Eres bajita, Julia, y regordeta, y un poco cargada de espaldas. Tienes el culo plano y no soportas llevar tacones. Te mueves pesadamente y caminas como somnolienta. Sin embargo, tienes un rostro agradable y una piel suave y sin defecto alguno y tu pelo es negro y crespo. Cuando me ves, Julia, solo tú me sonríes sin que haya ninguna razón para ello y me haces pensar, día tras día, que quieres algo conmigo, así que yo, que tengo pocas oportunidades de intimar con una mujer, me decido, me acerco, pongo mi mano sobre tu hombro y sonrío mientras te miro a los ojos desde muy cerca. Entonces, sin previo aviso, tu expresión cambia, pones cara de susto y das un paso atrás. La rapidez de tu gesto es una acusación en toda regla, pero no debes temer nada, Julia. No soy de los que toman la fruta prohibida sin pedir antes permiso. Pero tú, Julia, eres una calientapollas. No es por que lo digan mis palabras, es por que lo dicen tus actos.

lunes, enero 02, 2012

Gente de leyes.

Una enfermera con fama de extravagante ha suministrado a un paciente terminal una dosis de morfina diez veces mayor que la prescrita. Cuando ha comprendido su error ha tratado de ocultarlo enmendando las anotaciones del registro, pero solamente ha logrado dejar constancia de su intención de ocultar los hechos. El paciente es cadáver al iniciarse el turno siguiente, por la mañana. A la vista de las anotaciones emborronadas se da aviso a la supervisora y a la dirección. Se cruzan rápidas consultas telefónicas con expertos legales. Los abogados aconsejan callar, toda vez que el fallecido había sido deshauciado y que los parientes, que no conocen los hechos en todos sus detalles, no han presentado reclamación alguna. Los responsables médicos insisten en la gravedad de lo ocurrido, pero los abogados tienen claro que no hay razones para molestar al juez. Y no se presenta denuncia alguna.

Está el mundo de la gente de leyes y está el mundo de los sanitarios. Y a veces parecen de planetas distintos. Si ahora hay que apartar de sus tareas a quien se ha portado como un ángel de la muerte, ¿qué harán los leguleyos: facilitarán la retirada de la peligrosa enfermera o, ante la ausencia de denuncias, intentarán que siga en su puesto?

¿Por qué será que a veces parece que se premia la mediocridad y se ampara la incompetencia?

domingo, enero 01, 2012

Madrugando por cojones.

Querido diario:

Una residente bisoña me ha sacado de la cama a las 3:00 am tras decidir que era indispensable practicarle una ecografía escrotal a un joven aquejado de dolor testicular. Es normal sentir dolor tras recibir un golpe en la entrepierna. Si el examen clínico no muestra alteraciones y ni siquiera hay un hematoma visible, ¿a qué viene tanta urgencia?. Viene a que a la joven doctora le daba mucho apuro examinarle el paquete a un joven desconocido y a que le resulta muy fácil lograr que mi trabajo cubra las deficiencias del suyo. Joven colega, la próxima vez tócale los cojones al paciente: no me los toques a mí.