viernes, noviembre 11, 2005

Cita romántica.


Sábado, 9 Julio de 2005 - 13:05h.

Ella no decía ni palabra, pero ya era hora de irse y no tenía sentido intentar prolongar una situación en la que un incómodo silencio se había intalado entre ambos. Él, dándose por vencido, con la relajación del que ya no intenta nada porque ve que su oportunidad ha pasado, comenzó una despedida:

- Hay un número que te anotaré en un papel. Por lo general nunca he creído que los números tengan poderes ni escondan significados especiales y yo, la verdad, nunca sé bien qué hacer con ellos, pero este número es diferente porque, si lo marcas en un teléfono, al otro lado de la línea estaré yo. Es mejor que lo guardes, por si acaso. Quizá tengas problemas con algún dragón y no tengas un caballero mejor a mano. Aunque, la verdad, hace tiempo que no trato con dragones, así que estoy un poco desentrenado. Mejor si me llamas con algo de antelación, para que me dé tiempo a tenerlo todo listo. Me pregunto cómo me las voy a arreglar con el tráfico si necesito desplazarme a caballo y ... ¡oh, vaya, no tengo escudero! ¿Crees que alguna empresa de trabajo temporal podría conseguirme alguno que trabaje por horas? ¿Qué más ...? Ah, sí. ¿Tienes un extintor? Creo que es un artilugio muy bueno para entretener dragones, mientras los caballeros solucionan sus problemas de falta de escuderos y de congestión del tráfico. Tal vez consigas uno en un 'Todo a 100'. Ah, y pruébalo antes, sobre todo si es de los baratos. Hay más cosas ... a ver ... sí, ¿crees que necesitaré un permiso de caza? y ¡oh, demonios, espero que no se trate de una especie protegida!. Todas lo son, últimamente. Creo que ahora lo que hacen es emplear un rifle que dispara inyecciones de narcóticos, pero me temo que no tengo acceso a esa tecnología y en todo caso me parece poco romántico. Así que mejor contrato a un buen abogado. ¿Conoces alguno? Yo no, nunca lo he necesitado, gracias al cielo. Me desconciertan los abogados. Los buenos dicen que han de ser listos como el diablo y no veo cómo alguien puede ser bueno si es como el diablo. Y, bueno, también me intimidan un poco, en realidad prefiero tratar con dragones. O incluson con diablos. Son, ya sabes, previsibles. Y los abogados, ni siquiera son románticos. Aunque deberían, si son como los diablos. Es un fastidio que consideren ahora especies protegidas a seres como los dragones. Me temo que la gente ha olvidado cómo solían ser las cosas no hace tanto y sus nuevos puntos de vista son groseros y zafios. Sin ir más lejos, cuando el bueno de Sigfrido mató su último dragón la gente se le echó encima acusándole de no se qué perversiones, todo porque se había bañado con su sangre. Supongo que eso significa que hay que andarse con cuidado ahora con estas cosas. ¿Crees que te gustarán unos zapatos, bolso y cinturón de piel de dragón, todo a juego? Tal vez consiga hacerme con algunas piezas buenas y, con un poco de suerte, quizá no las reclamen. Bueno, lo intentaré. Una cosa más: creo que deberías revisar tus pólizas de seguros. Conozco a alguien que las vende por tarifas razonables, sobre todo contra incendios. Ahora que voy a tener abogado de cabecera creo que le consultará acerca de las relaciones de los caballeros con hadas y princesas. No estoy muy seguro de en qué grupo debería incluirte ¿Tal vez en los dos? Y, en todo caso, es una temeridad por mi parte pensar que hay algo de 'lo nuestro' o que 'lo nuestro' es algo; digamos que es, otra vez, mi imaginación desbocada, aunque quizá, después de lo del dragón, este caballero gane algunos puntos y pueda comenzar a que 'lo nuestro' tenga algún fundamento. Pero no debería hacerme ilusiones: últimamente los dragones ni siquiera se dejan ver, especialmente cuando se los necesita. Supongo que eso los convierte en candidatos a especies protegidas, después de todo. Quizá debería preocuparme por neutralizarlo, sin matarlo, ya sabes, como cuando pescas un salmón y después le quitas el anzuelo y lo devuelves al río. Pero qué digo, no, no puede ser, los dragones no se pescan, eso sería una indignidad. Uno puede matar dragones, pero no faltarles al respeto. Me pregunto si un simple caballero puede aspirar a tener como dama a una princesa. Quizá pueda convencer a mi abogado para que hinche un poco mi genealogía. No me vendría mal, incluso en estos tiempos morganáticos en los que los príncipes desposan plebeyas divorciadas y a casi todo el mundo le parece bien. ¿Crees que tendrá que ver con la escasez de dragones? ¿Y esta escasez con el cambio climático? Creo que echaré de menos los tiempos gatopardescos en los que era posible cambiar todo un poco para que nada cambiara demasiado.

Por fin, él le entregó una tarjetita con su número. Ella, un poco desconcertada, no dijo nada. Pero pensó: 'Y ahora, ¿cómo le digo yo a este pobre chiflado que soy lesbiana?'.

o00o
Oo

No hay comentarios: